
El Pontífice meditó sobre las lecturas de hoy afirmando que las palabras “Quiero amor y no sacrificio” constituyen “una palabra clave, una de aquellas que nos introducen en el corazón de la Sagrada Escritura”.
Refiriéndose a la llamada del Apóstol y Evangelista Mateo, el Papa resaltó que “cuando Jesús se dirigió a la casa de Mateo con los discípulos y se sentó con otros publicanos” tuvo que responder a los fariseos escandalizados: “No son los sanos quienes necesitan del médico, sino los enfermos... no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”.
Asimismo, el Santo Padre se dirigió a la Virgen María pidiendo “su intercesión para vivir siempre en la alegría de la experiencia cristiana” y que “la Virgen suscite en nosotros sentimientos de filial abandono frente a Dios, quien es misericordia infinita”.